Hace ya aproximadamente cuatro años (mes arriba mes abajo) que KM lanzó su pre-order para el juego de Harry Potter. Desde entonces, el juego ha tenido altibajos, épocas buenas en las que el interés parecía crecer de manera constante, y épocas de olvido en las que los más agoreros lanzaban los brazos al aire con la cantinela de que el juego había muerto (más sobre esto después). Soy uno de los afortunados que estaba allí desde esos primeros momentos del Core, y que ha podido ver su evolución en la Comunidad de Madrid a lo largo de estos años.
Voy a cubrirme en salud y a pediros que añadáis un "Según mi experiencia..." como prefijo a todas las frases que escribo más adelante. Con estos post mi intención no es hacer un análisis a fondo, ni ser aséptico u objetivo (si es que algo así existe) en mis opiniones. Porque son eso, opiniones y, como los culos, todo el mundo tiene una. Da la casualidad de que, en este caso, mi culo dispone de un altavoz como este blog para darse a oír, por lo que me veo obligado a recordar que no soy ningún experto ni nada que se le parezca... Solo un jugador apasionado que tiene una tóxica relación de amor-odio con este maravilloso juego. Es posible que opines distinto en muchos de estos puntos, y eso es algo bueno. ¡Abramos debate! No quiero enrollarme mucho más con cosas obvias, así que paso a la chicha.
Voy a dividir este textaco en cuatro partes. En la primera hablo de los puntos fuertes del juego; en la segunda, de sus puntos flojos. La tercera puede parecerse un poco a la segunda, pero en ella me centro en los puntos que me escaman especialmente, las cosas verdaderamente feas. Por último, la cuarta es una lista de deseos, porque soñar es gratis.
Sin más dilación:
THE GOOD
Complejo pero sencillo
No se puede negar que HPMAG sea un juego complejo. ¡Ojo! No es lo mismo decir "complejo" que "difícil". Por ejemplo, el ajedrez no es un juego difícil, en el sentido de que se puede aprender a jugar con las reglas básicas en apenas diez minutos. Esta pieza mueve así, la otra mueve asá, y así se captura. Se colocan así al empezar, y el objetivo y es dar jaque mate, que es cuando se da la siguiente condición. Fácil, sencillo, y para toda la familia. Podríamos decir, pues, que es un juego "fácil" de aprender. Ahora, dudo que nadie argumentara que es un juego sencillo. Las estrategias emergentes de unas reglas tan sencillas son tan profundas e intricadas que hay gente que dedica su vida a estudiar (sí, estudiar) este juego y ni siquiera son capaces de presentar un desafío a algunos de los motores existentes.
A ver, no es llevéis las manos a la cabeza. No quiero insinuar que HPMAG sea tan complejo como el ajedrez, ni mucho menos. Era solo un ejemplo para ilustrar la diferencia entre estos dos conceptos: "complejo" y "difícil". Las reglas de HPMAG son muy sencillas, al menos en relación a otros wargames. "Suma todos estos valores y si llegas a la dificultad lo pasas". "Cada 3+ es un éxito, los 6 explotan, y si sacas más éxitos que el rival entonces aplicas el efecto". Comparo, por ejemplo, las tiradas de d20 de Infinity que se-anulan-entre-ellas-pero-solo-si-son-enfrentadas-porque-las-plantillas-no-enfrentan con los d6 de este juego, y no hay color. Raro es que tires más de cinco dados, y los cálculos suelen ser muy sencillos. Podría explicar cada una de estas reglas, por separado, a un niño y las entendería todas.
La cantidad de reglas tampoco es tan abrumadora. Lo peor son los rasgos, que cada uno hace una cosa, pero no hace falta saberte todos de memoria: los consultas sobre la marcha en las primeras partidas y punto. En realidad, lo más difícil es recordar cuando aplicar cada cosa, porque entre enfriamientos, poder mágico, aventura y eventos, al final algo se te pasa. He perdido la cuenta de veces que alguien ha dicho "oye, creo que tendríamos que haber cogido esas cartas de Aventura hace tres activaciones", y probablemente me vuelva a pasar en el futuro. Pero si te pones a comparar con otros juegos del mundillo, al final es bastante A-B-C, y si tienes una chuleta al lado los turnos van rodados porque las activaciones son rapidisimas.
La complejidad reside, pues, en el número de combinaciones. Al haber tantos personajes con tantos rasgos distintos, se pueden dar muchas situaciones muy distintas en mesa. Es lo bonito de los juegos de KM: cada personaje es único debido a sus habilidades, y esto hace que no puedas fiarte de qué vas a encontrar en cada partida, porque es difícil que te sepas lo que hacen todos los personajes por separado. Esta variedad hace que el juego sea difícil de dominar, pero accesible para nuevos jugadores que no están acostumbrados a los wargames. Bajo mi punto de vista, es un gran acierto.
El tablero
Si es verdad que la sencillez de las reglas podría hacer el juego más accesible, el verdadero reclamo es el uso de un tablero y casillas. Seamos sinceros, los juegos de miniaturas intimidan. Tener que conseguir una mesa y escenografía decentes para jugar supone un escalón cualitativo que muchos jugadores de juegos de mesa no están dispuestos a salvar (aún recuerdo los botes de colacao y cajas de zapatos que usaba inicialmente para mis partidas de Warhammer Fantasy o Anima Tactics). Lo bueno de HPMAG es que viene listo para la acción. El tablero y las losetas son todo lo que necesitas. Incluso hay una versión lite para jugar sin miniaturas, si te mola ese rollo (hay gente para todo). Los precios son un poco prohibitivos, pero no tienes que invertir más que en el juego básico y un par de expansiones para poder hacerte un par de listas decentes y empezar a viciarte con tus colegas (o asistir a torneos).
Algunos echamos de falta una versión con cinta métrica y esceno. Por suerte, el juego es muy adaptable a esto haciendo una simple conversión de casilla = cms. Pero que la versión oficial no requiera de material adicional abre el juego al resto de los mortales, que de otra manera no se habría atrevido a meterse de lleno en el mundo de las minis. Creo que esa era la intención de KM cuando ideó el juego; que les haya salido mejor o peor ya es otra cosa, y las razones para su éxito o fracaso pueden generar debates interminables. Pero la idea del tablero en sí me parece un gran acierto, y la dirección corecta en la que remar.
Incluso para los que estamos metidos en otros diez juegos distintos, el tablero es un acierto. Porque aporta frescura, algo que no has visto en otros lados. Eso hace que pueda convivir en tu estantería junto a otras propuestas de wargames más clásicas.
La idea de los mazos
Ah, los mazos de cartas. Qué gran recurso, y que poco utilizado. Mucha gente se lleva las manos a la cabeza con la adición de cartas a los juegos de miniaturas. No en vano, si te gustan las cartas ya tienes propuestas mucho más establecidas y puristas, como Magic, L5R o Juego de Tronos, por poner varios ejemplos que conozco bien. ¿Pero en juegos de este tipo? "¡Mantén tus sucias cartas lejos de mi mesa, aquí se juega con miniaturas!". Y entiendo la crítica: al final no has dedicado dinero, tiempo y esfuerzo en tener una banda resultona para que estos actúen como simples tokens de unas mecánicas que se están desarrollando casi en su totalidad en tu mano.
Pero seamos sinceros, hoy en día cada vez más juegos incorporan cartas a la mezcla, y por una muy buena razón: aplicadas correctamente, añaden un nivel de aleatoriedad y diversión que los dados nunca podrán imitar (a menos, claro, que recurras a interminables y engorrosas tablas de eventos). Las cartas de objetivos hacen que cada partida sea diferente, las de evento ayudan a que la batalla sea más dinámica y cambiante, y las de recurso te dan triquiñuelas adicionales con las que sorprender a tu rival. En HPMAG, las Búsquedas son integrales para el funcionamiento del juego, y la idea de los mazos de Evento y Aventura me parece muy buena, aunque no sea especialmente novedosa.
En cuanto al CONTENIDO de dichos mazos... Bueno, ese es otro tema bien distinto, del que hablaré más adelante. Pero la idea de combinar minis y cartas es muy buena, y sobre todo si se hace con tanta elegancia como lo hacen las reglas de HPMAG. Las cartas añaden un factor táctica muy interesante, pero no sustityen a las miniaturas, que siguen siendo las protagonistas. Y hablando de miniaturas...
Las minis
Como escribir una opinión sobre un juego de KM sin hacer referencia al diseño de sus minis. De esto ya habla largo y tendido Haldrich en sus muchos posts sobre BMG, y se ha repetido por activa y por pasiva en los grupos de Whatsapp... Y es que el diseño es impecable. ¿Qué más se puede decir? Obviamente para gustos colores, y hay gente que prefiere modelos más estáticos o con poses menos cinematográficas, o que tiene verdadera adversión por las peanas escénicas (un recurso del que KM abusa bastante). También se critica el material de las miniaturas (tanto antes del cambio como ahora, por motivos distintos obviamente) y el servicio de calidad de la empresa (que, dígase la verdad, ha mejorado muchísimo desde aquellos infames años de BMG 2ª edición). Una de las mayores críticas que nunca se va es el alto precio de las cajas y blisters.
Todas estas críticas son legítimas, pero el hecho es que pocas compañías le dedican tanto mimo al diseño de sus modelos como Knight Models (no en vano, originalmente se dedicaban únicamente a modelos para coleccionistas, sin un juego de fondo que lo complementara). Y es que el resultado final, te guste más o menos el estilo, entra por los ojos e invita a probar el juego. Muchos coleccionistas ni siquiera llegan a jugar con ellas, solo las compran para tener el gozo de pintarlas. Sin ser un aficionado del modelismo (a mí me las pintan otros), pero siendo propietario de la gama completa de minis del juego hasta la fecha, puedo decir que la vitrina luce ESPECTACULAR con ellas.
Un buen análisis diciendo las bondades del juego y el tema de la fragilidad de las minis. Me gusta
ResponderEliminarBuen artículo Kyra
ResponderEliminarMuy buen articulo compañero !!
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