Cae la noche. Tras el huracán, se abre un cielo despejado repleto de estrellas. Ningún cúmulo ensombrece el cielo, pues tras la tormenta siempre llega la calma... Y el frío. Como un pistoletazo de salida, ese fatídico día en el que Venecia se vio asolada por la furia de los elementos marcó el inicio de la estación más dura que sus desdichados habitantes serían capaces de recordar. Tras esa tarde, la naturaleza del ser humano había quedado clara: en los momentos de necesidad, las lealtades y el honor resultaban tan frágiles como el cristal, y el hambre convierte en monstruos hasta a los más virtuosos. Los numerosos saqueos del mercado de la ciudad eran prueba de ello, así como los rumores que hablaban de encontronazos a lo largo y ancho de los canales de la ciudad. A la luz de la luna, el agua turbia de los canales todavía reflejaba las manchas rojizas de la sangre ya casi diluida, así como los bultos que todavía flotaban o aquellos que se hundían lentamente en el fondo, y que serían dragados al despuntar el alba para evitar una mayor contaminación de las aguas.
Puede que aquella tormenta fuera un aviso, una manifestación física de lo que ocurriría en la ciudad en los meses venideros. La verdadera tormenta estaba a punto de llegar. Las distintas agencias que poblaban el submundo de la Serenísima habían movido ficha: ahora sólo quedaba por ver cuáles de estas argucias darían su fruto... Y cuales caerían en saco roto.
Reporte de la segunda ronda de liga
Aquí tenéis el reporte de la
segunda ronda de la
liga madrileña de Carnevale "El Invierno más duro". Una buena oportunidad para probar de nuevo el sistema de partidas a tres bandas, en esta ocasión para dos de los jugadores con menor puntuación y yo mismo, que por desgracia no ha resultado del todo exitosa. La partida fue muy, muy divertida, y sorprendentemente resultó bastante nivelada y plagada de momentos "tácticos", pero la duración subió a 5 horas incluso bajando el coste de ducados a 75. Lo que me lleva a pensar que en las dos siguientes rondas recurriríamos al BYE, en pos de la jugabilidad, de no ser porque Hugo vuelve a estar disponible y podrá re-engancharse a la liga para salvarnos de la imparidad. Las partidas de múltiples jugadores son muy divertidas, no me malinterpretéis, pero creo que dada la "obligatoriedad" de la liga, es más sencillo acordar una tarde con un único rival que conseguir reservar tantas horas con dos rivales distintos. Y aquí todos tenemos agendas apretadas por lo que he visto.
Respecto al formato, se comentó por parte de algunos jugadores que las partidas de 100 ducados y 3'x3' pueden llegar a hacerse un poco largas, siendo imposible o poco realista llegar a los 8 turnos máximos para cada escenario (o incluso a los 5 turnos mínimos para contar la partida como válida). Personalmente no he podido comprobarlo por mi cuenta al haber jugado partidas de tres jugadores en las dos últimas rondas, pero es algo que tendremos que medir bien en el futuro para a ver si este formato es viable de cara a torneos más largos (dos partidas por la mañana, una por la tarde). Hasta la fecha sólo hemos organizado torneos de 75 ducados y 2'x2', siendo esta liga un pequeño cajón de arena en el que probar cosas nuevas y atrevidas que estén menos medidas. He decidido intentar mantener el formato durante las últimas dos rondas de liga, de cara a poder probarlo bien y comprobar si, efectivamente, las partidas se hacen tan largas o si podemos rescatarlo de alguna manera.
Del escenario se ha hablado bien poco, ya que por desgracia ninguna de las partidas ha llegado a durar lo suficiente como para comprobar su jugabilidad.
En cuanto al evento, en la partida a tres bandas cometimos el terrible error de olvidarnos de él durante los tres primeros turnos, por lo que sólo lo aplicamos en el cuarto. Me quedé con ganas de haberlo jugado de forma habitual así que 100% que lo aplicaré a alguna pachanga, previo acuerdo con mi rival, o si no puedo cuadrarlo pues quizás a algún torneo vainilla que organice. Los únicos que se acordaron de aplicarlo todos los turnos fueron Flauta y Kriego, pero no debió de tener mucho impacto en la partida ya que no comentaron ningún efecto que les llamara la atención.
Sin más dilación, he aquí los reportes de las partidas:
Karl Frack (2 PT, 3 PV, 40 Bajas) vs Sergio (2 PT, 3 PV, 30 Bajas) vs Kyra W (1 PT, 2 PV, 0 Bajas)
-¡Disparad!
El rugido de los rifles taponó los oídos del comandante de la guardia, dejando un molesto pitido que poco a poco empezó a mitigarse. Mientras el humo se disipaba, masculló una maldición que estaba seguro sólo él había sido capaz de escuchar. Se suponía que aquel alboroto iba a ser una sencilla trifulca callejera, nada a lo que la guardia no estuviera acostumbrada. Llegar, imponer el orden, requisar los bienes. Estos últimos irían a parar a las despensas de sus buenos patrones, claro estaba, pero eso no llegarían a saberlo los mercaderes, que se derretirían en muestras de agradecimiento ante sus salvadores, la ley de Venecia, los únicos capaces de detener a las masas enloquecidas de maleantes. Esa, en principio, era la escena que había esperado encontrarse al llegar al mercado esa tarde, o al menos eso era lo que le había hecho creer la extraña mensajera enviada por Kyriano (una mujer oriental, cuya indecencia a la hora de vestir el capitán se había abstenido de mencionar). Lo que se había encontrado, sin embargo, era saqueadores expertos con un modus operandi muy similar al del infame Gremio, así como equipos entrenados portando las insignias de la Santa Inquisición. Sus chicos, que habían acudido con la idea de un trabajo limpio y rápido, apenas si podían contener los saqueos de la muchedumbre mientras eran hostigados por estos individuos, que únicamente respondían ante su propia ley. El viento, la lluvia y los truenos impedían a sus hombres apuntar correctamente, y apenas acertaban en los blancos. Tras la sorpresa inicial, el comandante empezaba a dudar que, cuando la tormenta hubiera amainado, quedara algún miembro de su batallón con vida.
-¡Al cuerno con Kyriano!
Un capitán, a su lado, le miró sorprendido y alarmado.
-¿Señor?
-Este no era el trato. Nos vamos de aquí, ya hemos sufrido suficientes pérdidas hoy. Dejemos que se maten entre ellos -observó como, en la plaza, algunos soldados corrían-. Dile a tus chicos que nos cubran, y sígueme. Vamos a sacar a nuestras tropas de ese infierno.
Acto seguido desenvainó y se lanzó al canal. En la otra orilla, los truenos iluminaban multitud de siluetas que danzaban entre las llamas y el caos.
"No hay marcha atrás".
Un pensamiento algo fatalista, pero no por ello menos cierto. El Príncipe Sergio Remigio no podía permitirse otro desenlace como el de Octubre, y menos aún si el Vaticano volvía a estar involucrado. Los rumores de que no podía mantener el orden en su sestiere empezaban a ser cada vez más numerosos y descarados, y Sergio era perfectamente consciente de que bajo la apariencia de fraternidad y camaradería que existía en las altas esferas del Gremio se encontraba un mar de intrigas, tensiones y frágiles equilibrios de poder. Los otros Príncipes podrían llegar a ofrecerle su apoyo, pero todos ellos no eran sino lobos hambrientos dispuestos a saltar sobre él en el momento en el que mostrara un resquicio de debilidad. Sus aliados se contaban con los dedos de las manos, e incluso la lealtad de sus subordinados era cuestionable. No, no podía permitirse otro fracaso.
-Vosotros dos -les miró alternativamente, primero a la mujer de los barriles, luego al saltimbanqui de ropas coloridas-. Ganaos la paga. Ya sabéis lo que hacer.
Dos sonrisas, dos figuras que se pierden entre el ruido de la tormenta. A cada cuál más excéntrico, a cada cuál más loco. Dudaba que pudiera fiarse de ninguno de los dos, pero tampoco le importaba. Solo necesitaba que alimentaran el caos, y no dudaba de que eran idóneos para dicho propósito. Mientras, sus chicos se encargarían de rapiñar todo lo posible. Esta vez, no fallaría.
A cierta distancia se oyó una explosión. La luz del fuego y de los truenos iluminaron la cornisa de un edificio, y con ella la silueta de uno de sus pillos, que saltaba por las alturas sin miedo alguno a resbalar. No podía dejar que sus chicos se arriesgaran en vano, mientras él observaba. Sin pensarlo más, trepó por el alféizar de una ventana y se perdió entre el viento y la lluvia, apenas una sombra que se deslizaba por las calles y tejados de la ciudad. Su ciudad.
-... In nomine patris, et filii, et spiritus sancti. ¡Amen!
Ni siquiera había terminado la oración cuando una luz se abrió paso entre los cielos, descargándose sobre el suelo con toda su furia. Este se quebró como si fuera papel, incapaz de mantener su solidez ante la furia divina, y acto seguido explotó en una lluvia de baldosas y esquirlas, lanzando a tres individuos por los aires. El prelado Karlus Francis no sonrió, pues no le causaba placer el derrotar a los enemigos de la iglesia. No se permitiría el lujo de regodearse en la victoria, pues el adversario esperaba ese tipo de flaqueza moral para clavar sus pútridas garras en el alma de los fieles.
Más adelante, en la plaza, uno de sus inquisidores intentaba reclamar para la iglesia un montículo de provisiones que los mercaderes habían dejado atrás en medio de la desbandada. Karlus frunció el ceño al observar como una figura, de ropas coloridas y movimientos erráticos, empezaba a saltar a su alrededor, hostigándole y empujándole hasta las inmediaciones de un canal cercano. No le sorprendió: no esperaba que nadie respetaría a los siervos de Dios en los tiempos de herejía y abandono que se vivían en Venecia. Ante las puertas del infierno, sólo podían mostrarse firmes y no flaquear.
- ¡Avanzad! ¡Avanzad por la cruz y la salvación! ¡No retrocedáis ante la perversión y el pecado!
Sus hombres desenvainaron, con miradas de determinación en sus rostros y la fuerza de la fe a sus espaldas.
-¡Deus Vult!
Una decena de voces le respondieron, acompañadas por los pasos de aquellos que estaban dispuestos a dar la vida por la Iglesia.
Peterangelus2 (2 PT, 3 PV, 0 Bajas) vs Vidal (2 PT, 3 PV, 0 Bajas)
- ¿Y están al otro lado del canal, dices?
- Menudo despropósito.
- ¿De qué hablas? Es un golpe de suerte.
- Creo que has bebido demasiado.
- Vidallio quiere todas las cruces, no sólo la mitad. El Vaticano ha intentado jugar a los trileros con nosotros, pero la argucia les va a estallar en la cara como un barril repleto de pólvora. Vosotros dos llevadle las góndolas a Vidallio, y que no os vean esos beatos. Vosotros dos, conmigo. Creo que la diversión todavía no ha acabado esta noche.
- Señor, son los Patricios, no cabe duda. Se han hecho con una de las góndolas.
- El prelado Francis nos advirtió de que esto podría ocurrir. Sólo hay una respuesta posible para tal afrenta.
- ¡Pero señor, la tormenta! El gondolero apenas puede mantenerse a flote.
- ¿Es que acaso somos simples guardias corruptos, capaces de abandonar su puesto a la mínima provocación? ¡Sois caballeros de Malta! Habéis contemplado el infierno y vivido para contarlo: en comparación, esto no es sino un simple ejercicio rutinario. No dejaremos que nuestros artefactos sagrados caigan en manos de tales rufianes. ¡Demostrad de qué pasta estáis hechos!
- ¡Uf! Estos santurrones son presas más difíciles de lo que creía.
- ¡Mejor! Un desafío a nuestra altura. A más armadura tienen, más lentos son. Si buscas los huecos con tu estoque, el propio peso del metal les acaba sepultando a ellos mismos. Más satisfactorio que los vagabundos.
- No me apunté a esto para un desafío. No soy ningún suicida.
- Lo seas o no, más te vale no darte la vuelta. Vidallio no tiene fama de perdonar a aquellos que le traicionan...
- Se han llevado la mitad de las cruces. No hemos podido alcanzarlos.
- Al menos les hemos hecho pagar por su osadía.
- Ha sido la maldita tormenta.
- Basta. No quiero excusas. Lo hecho hecho está, y todo forma parte del plan divino. Yo mismo reportaré este encuentro al prelado. Descansad, reponed fuerzas y curad vuestras heridas. No puedo preveer las consecuencias de lo ocurrido esta noche, ni tampoco los desafíos a los que tendremos que enfrentarnos mañana.
Flautaman (3 PT, 4 PV, 0 Bajas) vs Kriego (1 PT, 2 PV, 0 Bajas)
Flauta-man arrastró una silla por el frío suelo de piedra, hasta colocarla frente a la mujer. Luego se sentó en ella, observándola con detenimiento. Ella no dijo nada, pero le devolvió la mirada, desafiante. Para ser una vagabunda, no parecía faltarle ni una pizca de arrojo. De nuevo, la posibilidad de que los Doctores del Ospedale le hubieran dado el cambiazo durante la refriega surgió en su mente: no en vano, él había esperado encontrar algún mendigo balbuceante en lugar de aquella mujer de piel blanca y mirada hechizante. Pero llegados a ese punto, no le quedaba más opción que seguir adelante. El Invierno había llegado a Venecia, y aquellos que dudaran en actuar no verían una nueva Primavera.
- ¿Sabes por qué te he traído hasta aquí?
La mujer no respondió. Flauta-man se removió en su asiento, incómodo.
- No voy a hacerte daño. Somos aliados en esto. Tú viste lo que ocurrió aquella fatídica noche de Octubre. Yo puedo ofrecerte protección a cambio de tu relato. Te aseguro que los Doctores que te perseguían no te ofrecerán un trato tan ventajoso... Y estoy seguro de que hay individuos peores que ellos persiguiendo tu rastro en este momento.
La mujer seguía sin responder, pero tampoco apartaba la mirada. Flauta-man decidió levantarse y darle la espalda, fingiendo que observaba uno de los cuadros que colgaban de la pared. Quería ofrecer la sensación de calma y control, como si aquel encuentro no se saliera de su rutina habitual, pero sobre todo deseaba ocultar el hecho de que aquella mujer le ponía los pelos de punta. Por suerte, alguien como él estaba acostumbrado a tratar con bichos raros de su calibre.
- Quizás se te ha ocurrido la feliz idea de intentar engañarme. De ser así, te aconsejo que la descartes: tengo métodos para saber cuando me mienten. Y estoy muy interesado en saber qué relación guardan las extrañas luces que se vieron esa noche con la pequeña edad de hielo a la que nos está sometiendo la Herida de los Cielos.
- ¿La Herida? -la voz de la mujer quedó cristalizada en el aire, como si el mismo eco de sus palabras se hubiera congelado a su alrededor, y Flauta-man sintió como el vello de la nuca se le erizaba-. Te equivocas. La Herida no ha causado esta calamidad.
Cuando Flauta-man se giró, vio que una media sonrisa se asomaba en el rostro de ella. Que por fin hubiera decidido hablar era una buena señal, pero algo dentro de su mente le gritaba que corriera y se alejara de ella cuanto antes.
- ¿Ah, no? ¿Y entonces, qué la ha causado?
- Yo.
Clasificación
A mitad de la liga, ya se pueden empezar a vislumbrar los posibles candidatos a alzarse con la victoria. El empate entre Peterangelus y Vidal les ha catapultado a las primeras posiciones, aunque no están demasiado lejos del resto. En el otro lado del espectro, el pobre Kriego no consigue levantar cabeza, aunque el re-enganche de Hugo (al que se le ha otorgado 1 PT y 2 PV por partida no jugada) implica que podrá jugar el resto de rondas y, con suerte, remontar en la clasificación. Con dos rondas más pendientes en la liga, y la posibilidad de obtener hasta 4 PT por ronda, queda todavía mucho por decidirse y puede pasar cualquier cosa. ¡Suerte a todos!
Jugador | PT | PV | Bajas |
Peterangelus2 | 5 | 10 | 10 |
Vidal | 5 | 8 | 0 |
Kyra W | 4 | 7 | 0 |
Sergio | 3 | 7 | 89 |
Karl Frack | 3 | 6 | 40 |
Flautaman | 3 | 5 | 74 |
Kriego | 2 | 6 | 54 |
Hugo | 2 | 4 | 0 |
En breve subiré la siguiente ronda, para Diciembre. ¡Idos preparando que el Invierno ya está aquí!
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