domingo, 12 de marzo de 2023

El Invierno más duro - Final de Liga

Y así fue como, un día cualquiera, todo acabó.

No hubo un terremoto, ni una gran ola que arrasara Venecia. Tampoco llegó el apocalipsis de nieve y hielo que el Avatar había prometido. Simplemente, el sol despuntó en el horizonte, y todos supieron que el Invierno había terminado. Fue como un pequeño hálito de vida, una sensación momentánea de calor. La promesa del Verano.

En cuanto al Avatar, nunca más se volvió a saber. Quizás aquella mujer dotada nunca fue nadie especial, tan solo otra charlatana más que se aprovechó de los dones que la Herida le había otorgado para convencer a otros en su locura. Puede que sí hubiera tenido alguna relación con ese Invierno infernal que la Serenísima había sufrido, y que al ser asesinada o secuestrada la pesadilla llegara a su fin. Algunos eruditos sugirieron la posibilidad de que sus poderes procedieran del mismo Invierno, y que al acabar este entraran en letargo, obligándola a adquirir un perfil bajo hasta que las estaciones volvieran a rotar. Unos pocos seguían afirmando que había sido una visionaria, una vidente cuyas palabras no habían sabido interpretar correctamente, y que habiendo trascendido a otro plano de existencia, ahora sólo quedaba esperar a que el resto de su profecía se hiciera realidad.

En cierto modo, todos ellos tenían algo de razón.

Venecia lame sus heridas. Y, en las sombras, las distintas facciones intentan adaptarse al nuevo status quo. Durante unos meses, se dedicaran a esperar, pacientes, y a realizar movimientos sutiles para reponer sus recursos y efectivos. Durante unos meses, los ciudadanos podrán gozar de cierta tranquilidad.

Pero si hay una certeza en el mundo bajo la Herida, es que tarde o temprano el sanguinario baile de máscaras regresa a los podridos canales de Venecia.


Reporte de la cuarta ronda de liga

Aquí tenéis el reporte de la cuarta ronda de la liga madrileña de Carnevale "El Invierno más duro". Este último reporte coincide con el final de la liga, que acabó a mediados de Febrero. La razón por la tardanza es que se me ha atragantado un poco debido a un par de viajes y semanas complicadas, pero como bien dicen, mejor tarde que nunca.

Este último escenario que jugamos fue el de "Cazadores y Presas". Aunque me llevo una impresión muy positiva, al igual que con el escenario de "Proteger al VIP" me da la sensación de que en este los puntos se disparan rápidamente. Cuando un jugador consigue varios trofeos con un modelo y luego consigue ponerlo a salvo, es muy complicado para el rival remontar. Se me ocurre que quizás pudiera añadir una condición para que cada modelo pierda un trofeo por turno si no han conseguido ninguno ese mismo turno, evitando de esta manera que se dé la situación anterior. Sea como sea, con el pequeño inconveniente de tener que tener muchos tokens a mano para representar los trofeos, me parece un escenario bastante adecuado para torneos.

Siendo este el último post de la liga, me recalco en lo dicho previamente respecto al formato: 100 ducados implica partidas de 2-3 horas, por lo que o bien le damos una vuelta a todos los escenarios o bien asumimos que tendrán que ser torneos de día completo. Son cambios que quizás haré en el futuro. Por ahora estoy más centrado en otros hobbies (concretamente en el rol) y tengo los juegos de miniaturas un poco apartados, pero es posible que de aquí a Verano intente organizar algún torneo con este formato, retocando mucho los escenarios. Aunque sabiendo que Flauta tiene entre manos cositas, es posible que me espere un poco más, hasta finales de año.

Sin más dilación, he aquí los reportes de las partidas:

Kyra W (0 PT, 4 PV, 20 Bajas) vs Sergio (4 PT, 8 PV, 89 Bajas)

Los Patricios aullaban en la noche, corriendo por el hielo que bloqueaba los canales sin ofrecer atisbo de cordura o prudencia. Confiados, asumían que el equipo de calidad que portaban y su indolente entrenamiento en las artes de la muerte les ofrecían una ventaja clara sobre los simplones y mendigos que poblaban las filas del Gremio. A la cabeza, Kyriano reía de forma demente, completamente sumido en la fiebre de su peculiar masquerata. Si su séquito de aduladores menospreciaba a los siervos de Remigio, en su caso este desprecio se veía acrecentado por un odio intenso, tan profundo que ni siquiera la Herida podía justificar. No, ahí había algo más. Remigio era plenamente consciente de lo que su hermano planeaba hacer con él esa noche, si llegaba a ponerle las manos encima. Cualquier recuerdo de amor fraternal había sido enterrado bajo los años de rencor e injurias, ya fueran reales o imaginadas, entre los dos. Quizás, en otra época, el derramamiento de sangre que iba a cometerse esa noche podría haberse evitado. Pero ya no. Sólo había una manera de que cualquiera de los dos pudiera contemplar un nuevo amanecer, y esta era, necesariamente, que el otro no lo viera.


Por suerte, parecía que la actitud soberbia y temeraria de Kyriano sería su perdición. En su arrogancia, había decidido separar sus fuerzas, intentando cubrir el mayor terreno posible. Él contaba con sus hombres, a los que había instruido de manera exhaustiva esa noche. Porque, de alguna manera, ya había previsto lo que iba a ocurrir. Una de las ventajas de ser el hermano pequeño era haber aprendido, a la fuerza, lecciones de vida importantes en los juegos y riñas de su niñez. Los hermanos mayores tienden a usar su fuerza, su edad y su posición de poder para salir victoriosos: se acostumbran a ganar. Sus padres no habían sido especialmente atentos con ellos, y habían decidido mirar a otro lado ante los claros abusos de su hermano, que siempre le había tratado como si no fuera más que un juguete. Esto, lejos de convertirse en una debilidad, se había tornado en una fortaleza. Había perdido la cuenta de las noches en vela, ideando maneras en las que poder vengarse, una vez hubiera reunido el suficiente poder y su opresor hubiera perdido la ventaja física de la edad. Horas y horas observando sus movimientos, aprendiendo de sus estrategias, con la esperanza de poder hacerle frente, algún día. Su hermano, borracho de poder, acostumbrado a conseguir lo que quería, como primogénito de la familia que era, se había relajado, indolente en sus excesos, asumiendo que la victoria siempre sería suya. Puede que, en muchos otros aspectos, los dos se parecieran mucho más de lo que ninguno estaría dispuesto a reconocer, pero justo en ese punto, en esa diferencia de actitud, es donde residía la llave de su victoria.


Oyó como, al otro lado del canal, Kyriano soltaba un grito de frustración, y sonrió. Ya había empezado. Una de sus mejores ciudadanas le había estado esperando... Probablemente la mejor de todo el Gremio. Una mujer completamente anodina, pero capaz de contener a un batallón ella sola. Habían estudiado el terreno, juntos, y habían pensado en decenas de trampas y argucias que podrían pillar por sorpresa a sus enemigos. Los nobles no se lo esperaban, y a juzgar por el baile de figuras que podían atisbarse en la distancia, estaban intentando lidiar con el problema de la manera que habían previsto. Como cerdos al matadero. Mientras, él y sus hombres limpiaban el flanco izquierdo sin mayores complicaciones. La "abuelita", que tan fielmente les había acompañado durante todo el Invierno, hacía de nuevo gala de su inconmesurable y aterrador poder. Los perros de Kyriano huían o eran atravesados por los arpones de sus chicos. La noche era suya.


Entonces, un grito en medio de la oscuridad.

-¡Remigio!

Sus hombres alumbraron con las linternas. Allí, al otro lado del canal helado, una figura se alzaba en solitario. Un blanco fácil... Y, sin embargo, Remigio alzó la mano, para indicar a sus hombres que no atacaran. No era la decisión más inteligente. Todos sus instintos se rebelaban contra ella. Pero, aún así, Remigio avanzó por la noche, saltando entres mástiles de los barcos, atrapados por el hielo, hasta caer en la plataforma, a unos palmos de Kyriano.

-Has perdido, hermano. Ríndete.

Kyriano desenvainó su espada, y se arrancó la máscara del rostro. Sus ojos, febriles, destilaban odio al mirar a su hermano pequeño.

-Sabes que no voy a rendirme, perro. Acabemos con esto, tú y yo.


¿Qué fue lo que le hizo dar un paso adelante? ¿Qué fue lo que le impulsó a aceptar ese peculiar duelo, cuando ya había ganado? Quizás una última muestra de respeto hacia él, o hacia lo que fue. Quizás una última esperanza, vana, de que si le derrotaba entraría en razón y... Pero no había perdón para alguien así, no. Incluso aunque Kyriano se hubiera rendido, habría tenido que ejecutarle. Sus hombres no esperarían menos de él. Sus aceros brillaron, soltando chispas en la noche. En la distancia, sus hombres observaban, en silencio, sin intervenir. Sabían que aquella pelea le pertenecía.

-Eres un idiota. Deberías haberme disparado cuando tuviste la oportunidad.

-¿Por qué? Este duelo ya está decidido.

-¡Ja! Nunca me venciste, hermano. ¿Qué te hace pensar que esta vez será diferente?

-No lo entiendes, ¿verdad? Todas esas veces que me humillaste, todas esas derrotas... Me hicieron crecer. Tú, sin embargo, has permanecido estancado. Estancado en tu poder, estancado en tu desidia. Estancado en estos mismos movimientos, que conozco tan bien...

-¡Cállate! ¡¿Por qué no te mueres de una vez, perro?!

-Algún día, hermano. Mientras tanto... ¡Vete haciéndome hueco en el infierno!

Su estoque atravesó el pecho de Kyriano. Durante unos segundos, solo se oyó el viento. Luego, el cuerpo de su hermano se derrumbó en el suelo, resbalando por el borde de la plataforma y rompiendo el hielo del canal al caer. Remigio limpió su espada, aliviado. Todo había terminado.

En realidad, Kyriano nunca tuvo una oportunidad.


Flautaman (0 PT, 2 PV, 17 Bajas) vs Peterangelus2 (4 PT, 10 PV, 35 Bajas)

Flauta-man había preparado todo con meticulosidad. Siempre lo hacía así. Sus piezas estaban perfectamente colocadas, el terreno había sido preparado. Incluso el hielo que poblaba los canales era una ventaja más a su favor. El Vaticano podía agarrarse a su fe todo lo que quisiera: a estas alturas, ya estaba todo el pescado vendido.. Observó, desde la distancia, a su grupo de excéntricos y marginados. Liderados por Gerda, eran una fuerza imparable. Y una vez todo hubiera acabado, y el Avatar estuviera cansada, habiendo gastado sus poderes en la pelea... Entonces el círculo arcano que habían preparado minuciosamente sus chicos se activaría. Un pentagrama oculto en el mismo barrio en el que estaban luchando, delimitado por una serie de artefactos sobrenaturales repartidos por la zona, y varias líneas ocultas pintadas en las paredes y suelos de Venecia con tiza. Nunca nadie había intentado algo así, pero él tenía recursos suficientes como para permitírselo. Cuando el ritual empezara, el Avatar se encontraría atrapada, incapaz de contrarrestarlo. En el cénit de su poder, en el momento en el que el Invierno rugía con más frío, sería incapaz de controlar el torrente de poder que surgiría de su cuerpo... Directamente hacia el pecho del propio Flauta-man. Una última tración, que aquella mujer no esperaba. Y el inicio de una nueva era. Habiendo absorbido los poderes del Avatar, nadie se atrevería a cuestionar su liderazgo. Era cuestión de tiempo que...

-Señor Flauta-man.

-Ahora no. Está a punto de empezar.

-Es... La señorita Gerda, señor. No la encontramos.

El corazón de Flauta-man se saltó un latido.

-Perdona, creo que no te he entendido. ¿Cómo que no la encontráis?

-Ella... Se ha ido, señor. Nos ha abandonado.


El cardenal Pietro Angelus observó a sus chicos con satisfacción. Todas y cada una de esas almas daría su vida por él, lo sabía. Caballeros de la Orden de Malta, tan valientes como habilidosos, cada uno de ellos valía por diez hombres. Y todos estaban dedicados en cuerpo y alma a su causa. Aún así, nada garantizaba que el ritual pudiera completarse. Las dos cruces que quedaban emitían una tenue luz, colocadas sobre la pequeña iglesia que coronaba el barrio. Quizás no serían suficientes para detener el Invierno. Quizás los herejes que seguían a esa falsa profeta les superarían en número. Quizás aquel era el final de Venecia, y el inicio de una nueva era de oscurantismo que asolaría el mundo y acabaría con la verdadera fe.

De nada servían esos oscuros pensamientos. A estas alturas, sólo podía ponerse en manos de Dios, y confiar en que sus hombres lucharan con tanto arrojo como él esperaba mostrar. Al escuchar las primeras señales de que el enemigo se acercaba, se giró hacia sus hombres y alzó su bastón, rematado en una bella cruz de oro.

-Por la fe.

Los caballeros alzaron sus espadas, y acto seguido cargaron hacia la oscuridad.


-¡Es un demonio, señor!

-No te amedrentes, Thomas. No es más que un hombre, aunque tenga la agilidad del diablo. ¡Agh!

-¡Señor!

-Oh, vaya. ¿He sido yo? Mis más sinceras disculpas.

-¡Vuelve aquí, rufián!

-No es más que un rasguño, Thomas. Concéntrate. Puede que sus piruetas nos impidan alcanzarle, pero cometerá un error.

-¿Sólo un rasguño? Vaya... ¿Dónde están mis modales? No se preocupe, ahora mismo le regalo otra estocada más mortífera.

-¡Se está riendo de nosotros!

-No importa, Thomas. No dejes que sus palabras se metan en tu cabeza. Espera... Espera... ¡Ahora!


Flauta-man avanzaba por los canales, desesperado. Alrededor, podía oír como sus hombres caían, uno a uno... Todo se estaba torciendo. Todo era culpa de aquella mujer. Sin su ayuda, el plan se había desecho como un castillo de naipes. ¿Cómo osaba traicionarle, después de todo lo que había hecho por ella? ¿Quizás había sospechado cuáles eran las veraderas intenciones de Flauta-man? ¿Es que acaso él, que había creído encontrarse en el centro de la telaraña, no había sido más que un peón en las maquinaciones de otro?

Aquello se estaba torciendo, y estaba perdiendo demasiados hombres. Entonces se dio cuenta de que aquella noche no podía acabar bien para él. Incluso aunque ganara, ya no conseguía nada evitando que el ritual del Vaticano se completara. ¿Por qué diablos seguía luchando?

-Al cuerno.

-¿Señor?

-Voy a recoger pérdidas. Si esa mujer piensa que voy a ser un pardillo y a trabajar gratis para ella, entonces es que no ha entendido nada. ¡Nos vamos!


-¡Monseñor, se retiran!

Pietro Angelus ni siquiera respondió. Concentrado en el ritual, alzó el volumen de sus rezos hasta que su voz resonó como un eco por todas las calles de la zona. De repente, las cruces empezaron a brillar con intensidad, y el cardenal no pudo evitar sonreír.

-¡Sí! ¡Está funcionando! ¡Alabado sea Dios!

Un rayo de luz surgió de las cruces, alzándose a los cielos como una tea ardiente. Todos los ciudadanos de Venecia pudieron observarlo, en la distancia.


Vidal (1 PT, 2 PV, 32 Bajas) vs Kriego (3 PT, 5 PV, 56 Bajas)

Diario de Kriegus, 24 de Febrero: "La operación ha sido un éxito. Hemos recuperado al espécimen, y no han quedado testigos del suceso, aunque he perdido efectivos valiosos en el proceso. Sin embargo, mis planes pueden continuar según lo previsto. Ya he preparado todo para completar la hibridación de mis subordinados, y mañana mismo yo me someteré a la operación. En las próximas semanas demostraré la efectividad del tratamiento, y para entonces los otros doctores no podrán negar la evidencia. Hoy es un día glorioso."

Hugo (1 PT, 2 PV, 37 Bajas) vs Karl Frack (3 PT, 5 PV, 72 Bajas)

-¿Ya está hecho?

-Por la Gracia de Dios.

-Bien. Explícame como fue.


-Aparecieron en medio de la noche, aullando como bestias. Surgieron de los canales helados, sin acusar el frío. Liderados por un sacerdote impío, que bien podría servir al propio Satanás.

-¿No había humanos entre ellos?

-No. Esta vez los siervos del maligno decidieron no ocultarse con argucias o trucos, y se mostraron como realmente son. Demonios marinos, seres de escamas y piel resbaladiza. Pude ver el miedo en los fieles que me acompañaban, al contemplar tales abominaciones.


-¿Huyeron?

-No, señor. El espíritu del prelado Karlus Francis estaba con nosotros esta noche. Infundió valor en los espíritus de sus siervos, y estos avanzaron por la defensa de la fe y la humanidad.

-Bien. No esperaba otra cosa de los siervos de la iglesia.

-Fue una lucha encarnizada, pero conseguimos mandar a esas bestias de vuelta al abismo de donde surgieron. Y capturamos a su líder, señor. El sacerdote oscuro Hugoth.

-Perfecto. Le quemaremos en la plaza, mañana, para que todos los ciudadanos vean cual es el destino de los impuros y los traidores a la fe.

-Amén.




Clasificación final

Remigio obutvo el control del Sestiere tras el enfrentamiento con Kyriano. El Avatar recurrió a él esa noche, escapando de las argucias de Flauta-man, e incluso luchó a su lado, pero el ritual del Vaticano la debilitó enormemente, y actualmente está inconsciente. Sin saber muy bien qué hacer con ella, Remigio decidió entregársela al Doctor Kriegus para que pudieran estudiarla, sabiendo de sobra lo útil que es que los doctores le deban un favor... Aunque no es algo que necesite. Sin otros competidores, y tras haber demostrado de sobra sus capacidades de liderazgo durante el duro Invierno que asoló Venecia, ninguno de sus subordinados cuestiona su posición, y los otros Príncipes parecen respetarle.

En cuanto al cardenal Pietro Angelus, tras el éxito del ritual él y sus hombres dieron a la Avatar por muerta, imaginando que habría sido consumida por las energías que se desataron esa noche. El Vaticano se perfiló como el salvador de Venecia, que había contenido el Invierno y salvado a los fieles de una muerte segura. Una oleada de fanatismo empezó a ganar más adeptos para sus filas. Además, el cardenal absorbió a los fieles que seguían al Prelado Karlus, ahora desaparecido, por lo que su poder empezó a ser cada vez más evidente. Algo que no acababa de gustarle al Príncipe Remigio, cuyo dominio de esa parte de la ciudad era todavía frágil y reciente. El conflicto entre las dos facciones es cada vez más evidente, aunque es probable que no suceda hasta dentro de varios meses, cuando los ciudadanos de Venecia hayan podido recuperarse del catastrófico Invierno que han vivido.

Por desgracia, Pietro no es el único problema que se perfila en la distancia para el nuevo reino de Remigio. La viuda de Kyriano, Martha, ha empezado a reunir los restos del poder Patricio en esa zona de la ciudad. Ni que decir tiene que los nobles no ven con buenos ojos que uno de esos perros sarnosos del Gremio haya asesinado a uno de los consejeros más poderosos de la ciudad, y están financiando las operaciones de Martha para intentar recuperar lo que han perdido y, si es posible, hacer pagar a Remigio su osadía. Se dice que el Príncipe tuvo la osadía de presentarse al funeral de Kyriano, en donde la propia Martha le amenazó de muerte. Con la desaparición de otro de los consejeros de la República, Vidallio, la viuda se perfila como la principal esperanza de los Patricios para disputar el poder de Remigio y el Gremio.

En cuanto al bueno de Flauta-man, los desastrosos resultados de su plan debido a la traición de Gerda le forzaron a adquirir un perfil bajo y a mantenerse fuera de la escena pública durante unos meses. Muchos le acusaban de haber intentado llevar a la Serenisima al caos y la destrucción. Sus propios hombres cuestionaban su otrora incuestionable capacidad de planificación. Sin embargo, incluso en tiempos de crisis, aquellos con la capacidad de adaptarse pueden encontrar un beneficio. Un revés como aquel habría supuesto el fin de otros, pero Flauta-man sabía encajar las derrotas. Y ya estaba tramando su próxima jugada. No en vano, se rumoreaba que la Iglesia de Dagon había perdido su influencia en la zona tras la ejecución del sacerdote herético Hugoth en la plaza pública por parte de las fuerzas Vaticanas. Un vacío de poder así solo podía ser ocupado por alguien igualmente extraño...

Por último, hace falta hablar de los doctores. Aunque los experimentos y operaciones del doctor Kriegus permitieron al Ospedale sobrevivir a la parte más dura del Invierno, su habitual reclusión y actitud introspectiva les impidió sacar la misma tajada de la crisis que otras facciones. Sin embargo, se empezaron a escuchar algunos rumores sobre unas nuevas criaturas que habían estado merodeando por los alrededores de la isla, buceando bajo la fina capa de hielo que cubría las aguas. Si esto es cierto, quizás los doctores cuentan con un arma secreta que podría darles una clara ventaja en el próximo invierno...

Con el paso de los meses, la ciudad empezó a recuperarse. Y el baile de máscaras empezó de nuevo.


Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. Muchas gracias a todos los que habéis participado en la liga, y enhorabuena al ganador, Sergio.

JugadorPTPVDuc
Sergio1124200
Peterangelus292499
Kyra W82170
Flautaman717102
Kriego716110
Karl Frack614158
Vidal612101
Hugo511114

Y aquí una nueva edición de la Gazzetta con los resultados (incluyendo los dos único trofeos que se han conseguido durnate la liga, por Kyra y Sergio, en la última ronda):




Mención especial merecen la Maschera di Gloria, que ha seguido estas manos:

  • Peterangelus2 se la robó a Sergio en la primera ronda
  • Kyra W se la robó a Peterangelus2 en la tercera ronda
  • Sergio se la robó a Kyra W en la cuarta ronda

Y la Maschera di Lamento, que se quedó con Karl Frack durante las primeras tres rondas hasta que en la última consiguió pasársela a Hugo. Ya que no he hecho actualizaciones de la Gazzetta entre rondas, hago una mención a Peterangelus y a mí mismo por haber sido poseedores (aunque solo de manera temporal) de dicho honor.

¡Nos vemos en la próxima!

1 comentario:

  1. Tengo Carnevale desde que salió primera vez de mano de Vesper-On. Ahora estoy retomando el hobby en general y justo hace un par de días escuché el podcast de Habemus Ludum de Carnevale.

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